1. ¿Qué es el Diezmo?
Diezmo viene de diez. Y responde a un antiguo precepto de Dios de que del total de los bienes que el Señor nos da el 90% es para el hombre y el 10% es para el Señor (su culto, la propagandización de la fe, la necesidad de los pobres, etc.)
2. ¿Quien inventó eso?
La Historia bíblica nos presenta dos orígenes para esta practica, ambos relacionado con el culto a Dios:Como signo de gratitud a Dios Abrahán ofrece el 10% del botín de guerra al sacerdote Melquisedec (Gn 14,18-20).
Para mantener el culto del Señor en su templo. Esto incluye la subsistencia del levita, ministro del culto, que se ha consagrado al servicio del Señor y que no tiene heredad en la tierra de Israel (Lev 27,30.32; Dt 14,27-29; Dt 2,12-13)
3. Y Ahora ¿para quien es el diezmo?
El Diezmo es la parte sagrada que es para Dios y su culto. No nos pertenece. Veamos este pasaje: "El diezmo entero de la tierra, tanto de las semillas de la tierra como de los frutos de los arboles es de Yahveh; es cosas sagrada de Yahveh. Todo diezmo de ganado de mayor o menor, es decir, cada décima cabeza que pasa bajo el cayado, sera cosa sagrada de Yahveh" (Lv 27,30.32)
4. ¿Donde debo dar el Diezmo?
En tu respectiva parroquia. No podemos llamar diezmo si lo damos a un sacerdote que nos cae bien o porque lo necesita. Porque el diezmo es para Dios, no para el sacerdote directamente. esto ha sido así desde siempre "Llevarán al lugar elegido por el Señor, tu Dios para morada de su nombre, todo lo que yo le prescribo: sus sacrificios, diezmos y ofrendas reservadas de sus manos, lo mas selecto de sus ofrendas que hayan prometido con voto al Señor..." (Dt 12, 11-12)Cada uno puede dar de lo suyo a quien quiera, es libre, pero eso no se puede llamar diezmo, sería una simple colaboración porque el diezmo es para la parroquia de cada uno.
5.¿Y cuanto debo de dar?
La parte sagrada de nuestros bienes es el 10%.El diezmo es parte de un camino espiritual, no te sientas forzado. Sólo si te nace del tu corazón dalo, si no te nace y te siente como obligado mejor no hacerlo porque en nada te aprovechará. San Pablo nos lo dice con las siguientes palabras:
"Cada uno debe dar según el dictamen de su corazón, no de mala gana ni forzado, pues: Dios ama al que da con alegría. Y poderoso es Dios para colmarlos de toda ganancia a fin de que teniendo, siempre y en todo, todo lo necesario, tengan aún sobrante para toda obra buena".
Recibe, Señor, mi ofrenda no es una limosna, porque no eres mendigo. No es un aporte, porque no lo necesitas. No es el resto que me sobra que te ofrezco.
Este momento representa, Señor, mi reconocimiento, mi amor. Pues si lo tengo es porque Tú me lo diste. Amén.